A medida que nos acercamos a mayo de 2024, visualizo el puerto al que hemos estado navegando durante estos dos años. Cada ola superada, cada tormenta enfrentada, ha sido una oportunidad para aprender y crecer. Estoy agradecido por los compañeros que han hecho de esta travesía una experiencia enriquecedora. Cada uno, con su personalidad y naturaleza única, ha contribuido al éxito del equipo.

Aceptando a cada marinero tal como es, he descubierto que la diversidad de pensamientos y enfoques es una fortaleza, no un obstáculo. La verdadera esencia del trabajo en equipo radica en la capacidad de unir fuerzas, respetando las diferencias y potenciando las habilidades de cada individuo.

El deber cumplido es el faro que nos guía en momentos de incertidumbre. Nos recuerda que, más allá de los retos, hay un propósito mayor que nos impulsa. Así, cuando finalmente anclemos en el puerto de nuestros logros, podremos mirar atrás con satisfacción y orgullo. Es un recordatorio de que el camino recorrido, lleno de aprendizajes y colaboraciones, vale tanto como el destino final.

Artículo anteriorMovimiento “Rodando con la Comunidad” Lleva Alegría con Entrega de Juguetes
Artículo siguiente«Primer Año de Gestión del Dr. Víctor Atallah: Avances Clave en Salud Pública que Transforman Vidas»

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí